El método ABC de inventarios es una aplicación del “Principio de Pareto” o “Principio 80/20”, el cual consiste, básicamente, en que el 80% de las consecuencias es resultado del 20% de las causas. En este caso al aplicarlo directamente a nuestros inventarios tendremos que identificar cuales son los productos que nos generan el 80% de la inversión; esto nos va a permitir un mejor seguimiento a dichos productos.
¿Para qué sirve el método ABC?
En un almacén donde manipulamos artículos con diferente valor, sin importar su número o tamaño, el método ABC nos ayuda a clasificar los productos, no tanto por su volumen, sino por su coste (ej. gráfico “joyas” vs “balas de heno”). Lo que nos ayuda a determinar la importancia que tienen los artículos desde el punto de vista del costo para de esta forma conocer cómo los tenemos que registrar o contabilizar y de este modo poder llevar el mejor control posible sobre ellos.
Además, también podemos encontrar este mismo método aplicado a diferentes puntos de vista, sustituyendo al coste por aspectos tales como la rotación, uso, pesos, temporalidad, caducidades, etc o diferentes factores que la empresa considere más importantes para su funcionamiento.
¿Cómo se clasifican los artículos?
Vamos a utilizar las letras A, B y C para su clasificación en 3 grupos diferentes según su valor y número. Como hemos comentado, habitualmente tendremos un almacén dónde el 20% de los productos sumarán el 80% del valor total del mismo.
Los artículos clasificados como “A” son aquellos en los que la empresa tiene la mayor inversión, estos representan en general el 20% de los inventarios, serán los que tengan el más alto nivel de adquisición por lo que representan un alto costo en el inventario y por lo tanto los más críticos. Estos artículos necesitan de un control total, al 100%, con un inventario perpetuo y permanente vigilancia del proceso de compras.
Los artículos clasificados como “B” son aquellos que les corresponde la inversión siguiente en términos de costo menor que los “A” y representan aproximadamente el 30% de los inventarios. Estos requieren menos dedicación y puede no ser necesario un control permanente de inventarios, pudiendo establecer máximos y mínimos. Las compras son menos frecuentes que los de tipo “A” aunque más que en una clasificación “C”.
Los artículos clasificados como “C” son aquellos que normalmente en un gran número de artículos corresponden a la inversión menor. Representan, en general, el 50% de todos los artículos del inventario. Se requiere una limitada supervisión sobre el nivel de inventarios a través de un control mínimo llevado a cabo mediante un colchón de seguridad.
¿Cómo se aplica la clasificación ABC en el control de inventarios?
Se puede aplicar a cualquier método de control de inventarios: los más conocidos son por coste unitario, por valor del inventario o por utilización y valor.
Para facilitar esta tarea es recomendable utilizar hojas de cálculo o BBDD con los campos adecuados, por ejemplo, coste, unidades, porcentaje sobre el total, etc para ayudarnos, sobre todo, en la categorización.
A priori puede parecer un método sencillo de aplicar, sin embargo, se pueden dar ciertas dificultades a la hora de clasificar correctamente los productos en su categoría correspondiente “A”, “B” o “C” según los criterios utilizados. En este sentido deberíamos hilar más fino.
Al número de artículo se le aplica de forma arbitraria un porcentaje de 15%, 20% y 65% para definir cuáles serán A, B y C, respectivamente. El éxito de este método dependerá en gran medida en realizar la mejor clasificación posible para así poder implementarlo correctamente, obteniendo, de esta manera, los resultados organizativos deseados.
Observaciones
Siempre podemos realizar una reclasificación posterior, ya que habrá artículos que estén en la frontera entre una clasificación y otra, por lo tanto, tampoco deberíamos ser extremadamente rígidos en estos casos, algo que, por otra parte, nos podría llevar a una mayor lentitud en el proceso de aplicación del método ABC.
Sobre la frecuencia de compra, indicar que habitualmente irá regida por el precio de cada artículo, por motivos de inversión, en la mayoría de casos los productos de un coste muy alto no se volverán a pedir hasta que queden pocas unidades o prácticamente ninguna.
En nuestra opinión es un método bastante sencillo de aplicar y mantener en el tiempo, aumentando su efectividad cuanto mayor sea el almacén y su número de referencias.
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